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| Lápiz de la página 2 de "El Pacto de Goya" |
En 1869 el cónsul de España en Burdeos Joaquín Pereyra y Abascal, que estaba en el cementerio de la Chartreuse llevando flores a su esposa fallecida, se encuentra con una curiosa tumba bastante descuidada. Al acercarse interesándose por la inscripción de la lápida descubre que se trata de la tumba de Goya.
Este hecho es, realmente, el detonante de la historia #ElPactoDeGoya ya que fueron los esfuerzos del cónsul por repatriar los restos mortales del pintor, lo que llevó a la apertura de la tumba 19 años después, y el consiguiente descubrimiento de la desaparición del cráneo.
Las cosas de palacio van despacio, y legalmente no se podía repatriar el cuerpo porque los plazos exigían que hubieran transcurrido 50 años desde la muerte del artista.
La carta que escribe Pereyra al alcalde de Burdeos solicitando la repatriación del cadaver decía lo siguiente:
1869.06.04. Bordeaux. Vice-Consul de España al Alcalde de Burdeos.
Mon Gouvernement compte, Monsieur le Maire, que vous voudrez bien l'aider a l'oeuvre de réparation qu'il entreprend aujourd'hui pour l'honneur et la mémoire du grand artiste, qui a reposé dans le territoire de votre ville, trop oublié jusqu'ici du pays qu'il ilustre.
L'inhumation du corps doit etre faite solennellement à Madrid dans la journée du 11 juin.
Fuente en este link: https://goya.unizar.es/Repositorio/Diplomatario/480.html
Canellas López, Ángel. Diplomatario, Francisco de Goya. Zaragoza: Institución Fernando el Católico, 1981. Cartulario, documento CXCII.
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