jueves, octubre 10, 2019

#BayarriVuelve

"Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo,"
Evelyn Beatrice Hall en “Los amigos de Voltaire”



El día de ayer nos encontramos con la noticia de que han cerrado la cuenta de Twitter del historietista y autoeditor Jordi Bayarri.
Parece que alguien ha considerado que sus tuits no deberían de estar en esa red social y lo han denunciado. Twitter la ha suspendido mientras determinan si la suspensión es o no definitiva.
Ignoro si el motivo de la persona denunciante es que piensa que sus dibujos son ofensivos, o las fotos sexys que comparte difunden el odio o atentan contra la moral o alguien las considera sexistas. No se si se trata de alguien que le tiene envidia. El caso es que han privado a un creador (todavía no sabemos si temporalmente) de una herramienta de difusión de su obra. Creo que no es necesario decir que la promoción en redes sociales es algo esencial para este autor en concreto ya que, recordemos, vive fundamentalmente de autoeditar sus trabajos y de la financiación que le generan sus lectores, es decir, su propia audiencia.


Exactamente como el programa La Cafetera, que se financia con la suscripción de sus oyentes.

Y digo esto porque este asunto me ha recordado que hace unos días, en ese programa, La Cafetera de Radiocable, (concretamente el 4 de octubre, minuto 01:03:32) su presentador Fernando Berlín comentó que su co-presentadora, María "punto-es" tiene "un don para aniquilar cuentas de twitter de odiadores"

Yo, que como cada día, estaba dibujando mientras escuchaba el programa, dejé el lápiz sobre la mesa y asistí ojiplático a una de las conversaciones más asombrosas que he oído en un podcast.

"Esto no lo contéis" comienza la chica "esto queda entre nosotros". Y seguidamente nos habla, entre risas, de su "afición" por denunciar cuentas de twitter. Todo ello "por dedicarse a estimular el odio y el resentimiento" según afirma el presentador.
Ambos bromean un rato sobre el tema y Fernando la compara con "El Equipo A"
La chica se vanagloria de haber cerrado más de una veintena de cuentas (22 exactamente) y anima a su audiencia a "unirse a su equipo". "Únete, lo pasaremos bien, denunciaremos a odiadores. Ellos nos odiarán pero ya no existirán" "No bloquees sin denunciar antes" "soy el CNI de Twitter" "Hay que denunciar y así vamos quitando el odio en twitter"
Otro oyente se anima a participar y envía un mensaje al programa afirmando que en twitter le hacen mucho caso porque él también cierra muchas cuentas. El presentador se lamenta de que a él no le hacen tanto caso cuando denuncia.
Cuando otro oyente afirma que se limita a ignorar las cuentas que no le gustan, Fernando comenta que hay gente que "no merece tener un altavoz público"
Luego explican, de nuevo entre risas, imitando algún personaje de "Narcos", que tienen una pizarra en el estudio en la que apuntan palabras inspiradoras como "hatefull trooper", o el dibujo de una estrella de sheriff. Al lado de la estrella, cada vez que consiguen eliminar una cuenta de twitter dibujan una rayita. "Os juro que es verdad, es literal", afirma el locutor, para después añadir "hoy hay una nueva muesca en el revolver de María Punto-es humeante, a esta hora, sobre la mesa"
"Y ya he denunciado hoy a unos cuantos" aporta la joven.
"Así que mucho cuidado con lo que hace uno en las redes, lo que si que tenemos que hacer es poner la raya de otro color cuando caigan teniendo muchos seguidores" "eso vale por diez" Dicen.
"Me encanta porque es como un videojuego ¡qué guay! ¡Imagínate! un videojuego en el que vas exterminando haters" Afirma ella.
"Si tú desactivas un hater que tiene 2000 seguidores haters desactivas su punto de conexión, quedan incomunicados entre ellos, es como volarle un puente a los nazis, ya no pueden pasar con sus tanques y sus camiones ¡eres la resistance!" Afirma él.
A continuación la chica pasa a explicar el proceso: "Siempre que denuncias te llega una notificación de twitter en la que te comunican que lo van a examinar, y luego, al tiempo, te comunican si han eliminado o no la cuenta. Cuando te llega y te dicen que la han eliminado... ¡jo, es que es otra estrellita!"
"Hay que imprimirlas y empapelar la pared" Afirma él.
Y todo esto lo comentan en lo que denominan "un ratito para el sosiego"

Esta chica se llama a si misma "periodista"

Ese día dejé de escuchar el programa. Y es una pena porque aunque no estoy de acuerdo con todo lo que dice el señor Berlín (como cuando afirma que si de él dependiera obligaría a ir a votar a todo el mundo en las elecciones) me gustaba mucho su programa. Me gustan los temas que trata y la manera de tratarlos. Se que él es un socialdemócrata y yo tiendo al anarquismo libertario, pero aun así me gustaba escucharle a diario. Si sólo escucháramos las voces de quienes piensan exactamente como nosotros en tooodas las cuestiones al final no escucharíamos a nadie ¿verdad?

Pero, mira no, Fernando, lo siento. Por ahí si que no paso.


No quiero vivir en un mundo donde se prohíba la libertad de expresión a nadie, por disparatadas, obscenas o insultantes que me parezcan sus opiniones.



Por supuesto que me encantaría vivir en un mundo donde no hubiera fascistas, donde la gente no tuviera prejuicios raciales ni hacia las personas de otro sexo, ni de ningún tipo, pero cerrar las cuentas de las personas con prejuicios no van a hacer que desaparezcan. No van a "dejar de existir" como dice la dicharachera comentarista radiofónica. Si actitudes como el racismo o el sexismo son enfermedades sociales lo que hay que hacer es tratarlas, no taparlas.
Es más, prefiero que, si esta gente existe, tengan un altavoz para decir sus gilipolleces y sus disparates. Mejor verlos venir. Quienes no compartimos sus opiniones sencillamente les haremos el vacío, les bloquearemos las cuentas para no tener que leerlos, les ignoraremos y seguiremos con nuestras vidas, o incluso trataremos de hacerles ver que lo que una sociedad necesita es apoyo mutuo, no enfrentamientos absurdos. Pero cerrar sus cuentas, acallar sus voces, jamás, eso es una forma muy retorcida de censura. Y yo aborrezco profundamente la censura. La he sufrido en mis carnes en más de una ocasión. Sería absurdo exigir libertad de expresión para mi pero no para otros.

Y lo peligroso de una dinámica de censura sistemática es que uno no sabe hasta dónde le puede llevar. El censor (o la censora, seamos inclusivos) puede tener la mejor de las intenciones y conducirnos aun así a un mundo en el que nadie pueda decir nada. Y los gobiernos encantados. Luego nos quejamos de la Ley Mordaza, y mientras amordazamos las cuentas de los demás.

Puede que estos censores digan que son "los otros" quienes tratan de acallar las voces de los demás, y que es por ello que merecen ser acallados. Pero entonces si admitimos esto ¿en qué nos convierte actuar como ellos? ¿No deberíamos ser mejores? ¿No deberíamos, ya que somos los poseedores de la razón, poder convencerles de lo equivocados que están? ¿Creen que cerrándole la cuenta de twitter a un fascista le estamos convenciendo de lo equivocado que está? ¿No les estaremos dando una excusa estupenda para que encima vayan de víctimas?

Alan Moore dijo en una entrevista para Vice: “Estoy de acuerdo con [el cómico] Reginald D. Hunter, quien dijo que "hay que dejar a los fascistas que hablen". Permitirles hablar en público no les supondría ninguna ayuda. Su voz es tan chillona y desagradable que no obtendrían ningún beneficio electoral. Si intentas silenciarles, les das la oportunidad de alegar que están siendo oprimidos por la élite liberal.”

Quienes hoy se autoerigen jueces y verdugos a la hora de ir cerrando cuentas se ven como los buenos de la película, los que les vuelan los puentes a los nazis (cómodamente desde el teclado, eso si). Son como el Juez Dredd, ellos "son la ley" y actúan según su propia moral. En el fondo son tan intolerantes como aquellos a los que señalan como intolerantes. Se escudan en la creencia de que "sólo cierran cuentas que difunden el odio" ¿pero quién determina hasta qué punto un tuit difunde el odio? ¿un chiste que alguien considere racista difunde el odio? ¿una mujer expresando su intención de no asistir a una manifestación difunde el odio? ¿cómo de fino hay que hilar? ¿quién determina lo que difunde el odio y lo que no?

Lo que nos devuelve, de nuevo, a mi compañero Jordi Bayarri.

¿Los tuits de Jordi Bayarri difunden el odio? ¿son ofensivos?
¿Cómo puede parecernos mal que censuren una cuenta y bien que censuren otra?

Queridos justicieros, estimados hatefull troopers del mundo: no necesitamos que nos protejáis del arte o las opiniones de nadie. Ya somos mayorcitos. No nos da miedo leerlas, sabemos ignorarlas e incluso rebatirlas con argumentos si se da el caso.

No sois el CNI de internet. Sois el puto Gran Hermano y no os dais ni cuenta.

¡Que le devuelvan su cuenta a Jordi Bayarri o le expliquen al menos por qué la han eliminado! ¡PERO YA!


#BayarriVuelve



Las viñetas que ilustran este artículo han sido realizadas por el propio Jordi Bayarri y las ha ido subiendo a su FaceBook a medida que las iba realizando.
Tienda online de Jordi Bayarri: Anillos de Sirio.
La entrevista completa a Alan Moore en Vice 



ACTUALIZACION 28/10/2020: "El Congreso aprueba la propuesta de Podemos para eliminar mensajes de odio en redes sociales" LINK

viernes, octubre 04, 2019

Asesores (un sainete)


El telón sube.

El joven guionista acaba de entrar en la agencia de asesoramiento con una carpeta bajo el brazo. En sus ojos brilla la ilusión y la esperanza. Está ahí para convertir el mundo en un lugar mejor.

Se dirige a la secretaria que le conduce a una sala en la que le esperan otras dos personas.

Persona1-¡Hola! Un placer conocerte al fin ¿qué nos traes?

Guionista- Hola, tal como hablamos tengo un guión para una novela gráfica de 300 páginas. El protagonista es un hombre que…

Persona2- ¿Un hombre? Mal empezamos. No será blanco ¿no?

G- Pues sí.

P1- ¿Y no podría ser co-protagonizada por una mujer? Hay que dar visibilidad a las mujeres.

G- Para eso estoy aquí, para que me ayudéis a hacerlo. La cosa es que este hombre se pasa las 300 páginas sólo en el desierto, divagando, mirando las estrellas y escribiendo fórmulas matemáticas en la arena con un palo,  y no se como hacer que mi historia sea todo lo inclusiva que debiera ser. Creo que le falta diversidad religiosa, feminismo y realidad LGTBIQ.

P2- No te preocupes, nosotres te ayudaremos. ¿Está completamente sólo? ¿no hay nadie más?

G- Bueno, una lagartija.

P1- ¿Lagartija o lagartijo?

G- ¿Importa?

P2- Todo importa. La ficción se basa en la realidad, pero al mismo tiempo la modifica. Queramos o no, configura nuestra visión del mundo. Que sea lagartija.

G- ¿Y cómo consigo que el lector sepa que es una lagartija? ¿le pongo una falda?

P1- Bien. Pero que no sea muy corta. No queremos ofender el pudor de las personas religiosas.

P2- Ni muy larga, no queremos dar a entender que la lagartija tiene miedo de ponerse una falda corta porque tema de que la vayan a violar. ¡Las lagartijas pueden vestirse como quieran! ¡y si las violan no será culpa de lo que lleven puesto! ¡será culpa del patriarcado opresor!

P1- ¿Te has tomado las pastillas para la ansiedad?

P2- Voy.

(Se levanta y va a la habitación de al lado. Vuelve bebiendo de un vaso de agua)

P1- Bueno, ya tenemos la representación femenina. A ver qué podemos hacer con el resto de colectivos. ¿No hay ningún personaje más?

G- No se… (piensa) ¡Hay una piedra!

P1- ¿Una piedra?

G- Sí.

P2- ¿Puede ser negra?

G- ¿La piedra?

P2- Sí.

G- Bueno. Me parece bien. Es la piedra en la que está sentado.

P1- ¡Uy no! ¡entonces no!

P2- ¿Podría ser que estuviera sentado sobre una piedra blanca pero una piedra negra mayor le sirviera de cobijo durante la noche?

G- ¡Gran idea! ¡sois unos genios! Valéis cada billete de quinientos que me habéis cobrado por adelantado. ¡Ojalá os llegue pronto la subvención! 
¡Y los legisladores obliguen a todos los creadores a pasar por aquí!

P1- ¡Querrás decir unes genies!

G- ¡Uy, perdón!

P2- No pasa nada, estamos aquí para corregirte.

La conversación continúa durante seis horas. Cuando el guionista abandona el edificio lo hace cansado pero satisfecho. El personaje masculino de su historia comparte ahora el protagonismo con una lagartija lesbiana, una piedra negra, un cactus gitano, granos de arena musulmanes, unos pantalones budistas y una nube trans.

En sus ojos brillaba la ilusión y la esperanza.
Iba a convertir el mundo en un lugar mejor.

Telón.

Sergio Bleda (4-oct-2019)

La inspiración en este LINK