lunes, diciembre 16, 2019

Del boom al crack.


Nunca dejes que la realidad te estropee un buen titular.

En esta entrevista concedida por Benoît Drouise, más conocido como Zidrou, para Jotdown Magazine que fue publicada en enero del 2017, el popular guionista belga (más de cinco millones de álbumes vendidos en Francia, la mayoría de títulos dirigidos a lectores infantiles o juveniles) comentaba que en España “hay un problema de lectura y una falta de inversión a largo plazo.”

“En Francia – afirma -  pasaba lo mismo. Hasta que llego Miterrand a principios de los ochenta. Se pueden decir muchas cosas de François, pero este hombre promovió cosas como las noches blancas de los museos, una política de lectura con cuenta cuentos esparcidos por todo el territorio, con presupuesto para que los autores fueran a colegios públicos y privados. Promovió e impulsó la lectura y esta política ya es sistémica en Francia, y esas políticas han permitido que en veinte años Francia pasara de estar casi a la cola en lectura de cómics infantiles a entrar en el top de los cinco primeros. Hay que invertir a medio y a largo plazo. En el caso de España, hay que entrar en casa de una familia que tenga recursos, en la habitación de un chaval de once años, para ver la realidad: chavales, hijos de médicos, no tienen libros. En cambio en una familia francesa de emigrantes, los de segunda generación, sí tienen libros. Puede ser manga, una saga para adolescentes… pero leen, tienen libros.”

Recientemente vemos en el diario El País el siguiente titular:

La explosión del cómic infantil.
El “boom” de la novela gráfica ha llegado a los lectores más jóvenes. Las editoriales lanzan nuevas colecciones y sellos donde predominan las aventuras protagonizadas por chicas”

El artículo, firmado por Tereixa Constenla, comienza hablándonos del éxito de sagas literarias importadas desde fuera de España como el Diario de Greg, Geronimo Stilton y Harry Potter y de una presunta “explosión de la novela gráfica” para tratar de relacionar esos éxitos con títulos de historieta patrios prácticamente olvidados como El Capitán Trueno o los editados por una línea editorial creada en el 2017 por Norma y que ha editado (no dice en cuanto espacio de tiempo) “60 títulos de los cuales un tercio son historietas”

Si no estoy equivocado (las matemáticas nunca fueron mi fuerte) un tercio de 60 es 20. Llámenme loco, pero 20 tebeos editados (¿desde 2017 hasta hoy?) tampoco es que sea algo para tirar cohetes.

"Smile" de Raina Telgemeier. Uno de los exitosos títulos
importados desde el mercado extranjero que triunfa en España.
Posteriormente menciona la línea infantil que Astiberri prevé abrir en el tercer trimestre del próximo año, el caso de las publicaciones infantiles de Maeva Young o Dibbuks, menciona el éxito de varios autores extranjeros y poco más.

En fin, un panorama que, pese al optimismo que trata de desprender el artículo, me hace más pensar en un “crack” que en un “boom”.

Ni una palabra, por supuesto, para Jordi Bayarri y su colección científicos (en marcha desde 2012) a pesar de que sus títulos se hayan exportado a varios países, algunos de ellos cuenten con varias ediciones y con tiradas probablemente superiores a las de alguna de las editoriales mencionadas en el artículo. Imagino que su condición de autoeditor le convierte en un apestado.

Y es que, en realidad, la cosa va de eso: de tiradas. Ya hemos hablado aquí en más de una ocasión de cómo funciona esta industria y de que los autores no tenemos un salario, lo que tenemos es una percepción económica de derechos de autor ligada a la tirada, es decir, al número de ejemplares que se imprimen de cada título.

 Y está muy bien que haya interés y que la prensa dedique espacio a estos temas. Pero quizá habría que exigirle una mirada menos entusiasta y más crítica, sobre todo en lo que respecta a la situación de los creadores en general y a los creadores españoles en particular.

Porque de lo contrario se están creando falsas expectativas en los autores noveles y se está mintiendo (o como poco ocultando información) al público en general, haciéndoles creer que todo el monte es orégano cuando la realidad es bien distinta.

Porque, seamos serios, seguimos hablando de una industria, la española, raquítica, con tiradas mínimas en la que los autores seguimos sin poder ganarnos la vida en nuestro propio país. De nada sirve que se editen títulos y títulos mientras las tiradas sigan siendo de 1000 a 2000 ejemplares y a un autor le sigan pagando 3000€ por 7 meses de trabajo. 7 meses, no lo olvidemos en los que el autor tendrá que hacer frente al pago de autónomos. ¿Le salen las cuentas? A mi tampoco.

EL “boom de la novela gráfica” al que hace referencia el artículo, por cierto, tampoco nos sirvió de mucho a la mayoría de los autores. Excepto para aquellos que sean capaces de hacerse 150 páginas en un mes, claro. Lo cual nos conduce a la auto-explotación o a historietas poco trabajadas. El capitalismo no valora el trabajo reposado ni la dedicación de aquellos que pasan horas con una viñeta. Sobreviven los más rápidos, que no necesariamente son los mejores, y ni siquiera a estos les sale rentable la cosa. Al final todos los que vivimos de esto, o la mayoría, acabamos por buscar el mercado extranjero. Incluso alguno de los rápidos.

Algunos títulos de la Colección Científicos tienes ya una segunda edición.

Y que nadie crea que mis palabras encierran un ataque a compañeros capaces de trabajar más rápido de lo normal. Valoro y respeto sus obras como el que más, pero hay cosas que no pueden ser dibujadas en diez minutos, hay estilos más complejos que otros y todos los artistas deberíamos poder dedicar a nuestras obras el tiempo que creemos que necesitan para estar perfectas. Ni tendríamos que dibujar todos igual ni tendríamos obligarnos a nosotros mismos a elegir entre hacer un trabajo o hacer un buen trabajo.

No seré yo, desde luego, quien exija a mis gobernantes (incapaces ahora mismo de formar siquiera un gobierno) una inversión similar a la que comentaba Zidrou en la entrevista de Jotdown, a la que hacemos referencia al principio de este artículo.

Quienes esperasen alguna promesa electoral relacionada con medidas concretas para favorecer la cultura en nuestro país en los últimos debates electorales pueden seguir esperando. Imaginen como serán las políticas culturales de los próximos años.

Debate electoral y cultura. Dos términos contradictorios.


Personalmente, como ya saben quienes me conocen, lo único que le pido a los políticos españoles es que se disuelvan y entreguen las armas.

Tampoco es que me vaya a servir de mucho, pero al menos no me engaño a mi mismo. Pedirle una política de fomento de la lectura al estado español sería como pedirle peras al olmo.

Sí pediría, eso sí, un poquito de rigor informativo a los periodistas
Aunque probablemente el periodismo actual esté como está por las mismas razones de las que hemos estado hablando, no hay tiempo para hacer las cosas bien y es más fácil echar las campanas al vuelo, felicitarnos de lo bien que va todo, de los muchísimos títulos de cómic infantil que se editan en España y de lo maravilloso que resulta que estos estén protagonizados en su mayoría por personajes femeninos (como si el hecho de que los protagonistas de las historias sean de uno u otro género influyera en la calidad de las mismas)  que informarse sobre cuántos de esos títulos son realmente de autores españoles, de cuánto son las tiradas y de si quienes nos dedicamos a esto de las viñetas tenemos problemas, cada mes, para pagar el alquiler y dar de comer a nuestros hijos.

Lo que tengo muy claro es que me parece una ingenuidad pensar que este presunto “boom” vaya a servir para aumentar las tiradas en España y, por tanto, el pago a los artistas.
Como mucho servirá para que las editoriales españolas sigan comprando títulos producidos en mercados extranjeros. 

Las tiradas seguirán igual y, por tanto, el precio por página también.
Y si no, al tiempo.

Link al artículo de El País: AQUÍ

jueves, octubre 10, 2019

#BayarriVuelve

"Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo,"
Evelyn Beatrice Hall en “Los amigos de Voltaire”



El día de ayer nos encontramos con la noticia de que han cerrado la cuenta de Twitter del historietista y autoeditor Jordi Bayarri.
Parece que alguien ha considerado que sus tuits no deberían de estar en esa red social y lo han denunciado. Twitter la ha suspendido mientras determinan si la suspensión es o no definitiva.
Ignoro si el motivo de la persona denunciante es que piensa que sus dibujos son ofensivos, o las fotos sexys que comparte difunden el odio o atentan contra la moral o alguien las considera sexistas. No se si se trata de alguien que le tiene envidia. El caso es que han privado a un creador (todavía no sabemos si temporalmente) de una herramienta de difusión de su obra. Creo que no es necesario decir que la promoción en redes sociales es algo esencial para este autor en concreto ya que, recordemos, vive fundamentalmente de autoeditar sus trabajos y de la financiación que le generan sus lectores, es decir, su propia audiencia.


Exactamente como el programa La Cafetera, que se financia con la suscripción de sus oyentes.

Y digo esto porque este asunto me ha recordado que hace unos días, en ese programa, La Cafetera de Radiocable, (concretamente el 4 de octubre, minuto 01:03:32) su presentador Fernando Berlín comentó que su co-presentadora, María "punto-es" tiene "un don para aniquilar cuentas de twitter de odiadores"

Yo, que como cada día, estaba dibujando mientras escuchaba el programa, dejé el lápiz sobre la mesa y asistí ojiplático a una de las conversaciones más asombrosas que he oído en un podcast.

"Esto no lo contéis" comienza la chica "esto queda entre nosotros". Y seguidamente nos habla, entre risas, de su "afición" por denunciar cuentas de twitter. Todo ello "por dedicarse a estimular el odio y el resentimiento" según afirma el presentador.
Ambos bromean un rato sobre el tema y Fernando la compara con "El Equipo A"
La chica se vanagloria de haber cerrado más de una veintena de cuentas (22 exactamente) y anima a su audiencia a "unirse a su equipo". "Únete, lo pasaremos bien, denunciaremos a odiadores. Ellos nos odiarán pero ya no existirán" "No bloquees sin denunciar antes" "soy el CNI de Twitter" "Hay que denunciar y así vamos quitando el odio en twitter"
Otro oyente se anima a participar y envía un mensaje al programa afirmando que en twitter le hacen mucho caso porque él también cierra muchas cuentas. El presentador se lamenta de que a él no le hacen tanto caso cuando denuncia.
Cuando otro oyente afirma que se limita a ignorar las cuentas que no le gustan, Fernando comenta que hay gente que "no merece tener un altavoz público"
Luego explican, de nuevo entre risas, imitando algún personaje de "Narcos", que tienen una pizarra en el estudio en la que apuntan palabras inspiradoras como "hatefull trooper", o el dibujo de una estrella de sheriff. Al lado de la estrella, cada vez que consiguen eliminar una cuenta de twitter dibujan una rayita. "Os juro que es verdad, es literal", afirma el locutor, para después añadir "hoy hay una nueva muesca en el revolver de María Punto-es humeante, a esta hora, sobre la mesa"
"Y ya he denunciado hoy a unos cuantos" aporta la joven.
"Así que mucho cuidado con lo que hace uno en las redes, lo que si que tenemos que hacer es poner la raya de otro color cuando caigan teniendo muchos seguidores" "eso vale por diez" Dicen.
"Me encanta porque es como un videojuego ¡qué guay! ¡Imagínate! un videojuego en el que vas exterminando haters" Afirma ella.
"Si tú desactivas un hater que tiene 2000 seguidores haters desactivas su punto de conexión, quedan incomunicados entre ellos, es como volarle un puente a los nazis, ya no pueden pasar con sus tanques y sus camiones ¡eres la resistance!" Afirma él.
A continuación la chica pasa a explicar el proceso: "Siempre que denuncias te llega una notificación de twitter en la que te comunican que lo van a examinar, y luego, al tiempo, te comunican si han eliminado o no la cuenta. Cuando te llega y te dicen que la han eliminado... ¡jo, es que es otra estrellita!"
"Hay que imprimirlas y empapelar la pared" Afirma él.
Y todo esto lo comentan en lo que denominan "un ratito para el sosiego"

Esta chica se llama a si misma "periodista"

Ese día dejé de escuchar el programa. Y es una pena porque aunque no estoy de acuerdo con todo lo que dice el señor Berlín (como cuando afirma que si de él dependiera obligaría a ir a votar a todo el mundo en las elecciones) me gustaba mucho su programa. Me gustan los temas que trata y la manera de tratarlos. Se que él es un socialdemócrata y yo tiendo al anarquismo libertario, pero aun así me gustaba escucharle a diario. Si sólo escucháramos las voces de quienes piensan exactamente como nosotros en tooodas las cuestiones al final no escucharíamos a nadie ¿verdad?

Pero, mira no, Fernando, lo siento. Por ahí si que no paso.


No quiero vivir en un mundo donde se prohíba la libertad de expresión a nadie, por disparatadas, obscenas o insultantes que me parezcan sus opiniones.



Por supuesto que me encantaría vivir en un mundo donde no hubiera fascistas, donde la gente no tuviera prejuicios raciales ni hacia las personas de otro sexo, ni de ningún tipo, pero cerrar las cuentas de las personas con prejuicios no van a hacer que desaparezcan. No van a "dejar de existir" como dice la dicharachera comentarista radiofónica. Si actitudes como el racismo o el sexismo son enfermedades sociales lo que hay que hacer es tratarlas, no taparlas.
Es más, prefiero que, si esta gente existe, tengan un altavoz para decir sus gilipolleces y sus disparates. Mejor verlos venir. Quienes no compartimos sus opiniones sencillamente les haremos el vacío, les bloquearemos las cuentas para no tener que leerlos, les ignoraremos y seguiremos con nuestras vidas, o incluso trataremos de hacerles ver que lo que una sociedad necesita es apoyo mutuo, no enfrentamientos absurdos. Pero cerrar sus cuentas, acallar sus voces, jamás, eso es una forma muy retorcida de censura. Y yo aborrezco profundamente la censura. La he sufrido en mis carnes en más de una ocasión. Sería absurdo exigir libertad de expresión para mi pero no para otros.

Y lo peligroso de una dinámica de censura sistemática es que uno no sabe hasta dónde le puede llevar. El censor (o la censora, seamos inclusivos) puede tener la mejor de las intenciones y conducirnos aun así a un mundo en el que nadie pueda decir nada. Y los gobiernos encantados. Luego nos quejamos de la Ley Mordaza, y mientras amordazamos las cuentas de los demás.

Puede que estos censores digan que son "los otros" quienes tratan de acallar las voces de los demás, y que es por ello que merecen ser acallados. Pero entonces si admitimos esto ¿en qué nos convierte actuar como ellos? ¿No deberíamos ser mejores? ¿No deberíamos, ya que somos los poseedores de la razón, poder convencerles de lo equivocados que están? ¿Creen que cerrándole la cuenta de twitter a un fascista le estamos convenciendo de lo equivocado que está? ¿No les estaremos dando una excusa estupenda para que encima vayan de víctimas?

Alan Moore dijo en una entrevista para Vice: “Estoy de acuerdo con [el cómico] Reginald D. Hunter, quien dijo que "hay que dejar a los fascistas que hablen". Permitirles hablar en público no les supondría ninguna ayuda. Su voz es tan chillona y desagradable que no obtendrían ningún beneficio electoral. Si intentas silenciarles, les das la oportunidad de alegar que están siendo oprimidos por la élite liberal.”

Quienes hoy se autoerigen jueces y verdugos a la hora de ir cerrando cuentas se ven como los buenos de la película, los que les vuelan los puentes a los nazis (cómodamente desde el teclado, eso si). Son como el Juez Dredd, ellos "son la ley" y actúan según su propia moral. En el fondo son tan intolerantes como aquellos a los que señalan como intolerantes. Se escudan en la creencia de que "sólo cierran cuentas que difunden el odio" ¿pero quién determina hasta qué punto un tuit difunde el odio? ¿un chiste que alguien considere racista difunde el odio? ¿una mujer expresando su intención de no asistir a una manifestación difunde el odio? ¿cómo de fino hay que hilar? ¿quién determina lo que difunde el odio y lo que no?

Lo que nos devuelve, de nuevo, a mi compañero Jordi Bayarri.

¿Los tuits de Jordi Bayarri difunden el odio? ¿son ofensivos?
¿Cómo puede parecernos mal que censuren una cuenta y bien que censuren otra?

Queridos justicieros, estimados hatefull troopers del mundo: no necesitamos que nos protejáis del arte o las opiniones de nadie. Ya somos mayorcitos. No nos da miedo leerlas, sabemos ignorarlas e incluso rebatirlas con argumentos si se da el caso.

No sois el CNI de internet. Sois el puto Gran Hermano y no os dais ni cuenta.

¡Que le devuelvan su cuenta a Jordi Bayarri o le expliquen al menos por qué la han eliminado! ¡PERO YA!


#BayarriVuelve



Las viñetas que ilustran este artículo han sido realizadas por el propio Jordi Bayarri y las ha ido subiendo a su FaceBook a medida que las iba realizando.
Tienda online de Jordi Bayarri: Anillos de Sirio.
La entrevista completa a Alan Moore en Vice 



ACTUALIZACION 28/10/2020: "El Congreso aprueba la propuesta de Podemos para eliminar mensajes de odio en redes sociales" LINK

viernes, octubre 04, 2019

Asesores (un sainete)


El telón sube.

El joven guionista acaba de entrar en la agencia de asesoramiento con una carpeta bajo el brazo. En sus ojos brilla la ilusión y la esperanza. Está ahí para convertir el mundo en un lugar mejor.

Se dirige a la secretaria que le conduce a una sala en la que le esperan otras dos personas.

Persona1-¡Hola! Un placer conocerte al fin ¿qué nos traes?

Guionista- Hola, tal como hablamos tengo un guión para una novela gráfica de 300 páginas. El protagonista es un hombre que…

Persona2- ¿Un hombre? Mal empezamos. No será blanco ¿no?

G- Pues sí.

P1- ¿Y no podría ser co-protagonizada por una mujer? Hay que dar visibilidad a las mujeres.

G- Para eso estoy aquí, para que me ayudéis a hacerlo. La cosa es que este hombre se pasa las 300 páginas sólo en el desierto, divagando, mirando las estrellas y escribiendo fórmulas matemáticas en la arena con un palo,  y no se como hacer que mi historia sea todo lo inclusiva que debiera ser. Creo que le falta diversidad religiosa, feminismo y realidad LGTBIQ.

P2- No te preocupes, nosotres te ayudaremos. ¿Está completamente sólo? ¿no hay nadie más?

G- Bueno, una lagartija.

P1- ¿Lagartija o lagartijo?

G- ¿Importa?

P2- Todo importa. La ficción se basa en la realidad, pero al mismo tiempo la modifica. Queramos o no, configura nuestra visión del mundo. Que sea lagartija.

G- ¿Y cómo consigo que el lector sepa que es una lagartija? ¿le pongo una falda?

P1- Bien. Pero que no sea muy corta. No queremos ofender el pudor de las personas religiosas.

P2- Ni muy larga, no queremos dar a entender que la lagartija tiene miedo de ponerse una falda corta porque tema de que la vayan a violar. ¡Las lagartijas pueden vestirse como quieran! ¡y si las violan no será culpa de lo que lleven puesto! ¡será culpa del patriarcado opresor!

P1- ¿Te has tomado las pastillas para la ansiedad?

P2- Voy.

(Se levanta y va a la habitación de al lado. Vuelve bebiendo de un vaso de agua)

P1- Bueno, ya tenemos la representación femenina. A ver qué podemos hacer con el resto de colectivos. ¿No hay ningún personaje más?

G- No se… (piensa) ¡Hay una piedra!

P1- ¿Una piedra?

G- Sí.

P2- ¿Puede ser negra?

G- ¿La piedra?

P2- Sí.

G- Bueno. Me parece bien. Es la piedra en la que está sentado.

P1- ¡Uy no! ¡entonces no!

P2- ¿Podría ser que estuviera sentado sobre una piedra blanca pero una piedra negra mayor le sirviera de cobijo durante la noche?

G- ¡Gran idea! ¡sois unos genios! Valéis cada billete de quinientos que me habéis cobrado por adelantado. ¡Ojalá os llegue pronto la subvención! 
¡Y los legisladores obliguen a todos los creadores a pasar por aquí!

P1- ¡Querrás decir unes genies!

G- ¡Uy, perdón!

P2- No pasa nada, estamos aquí para corregirte.

La conversación continúa durante seis horas. Cuando el guionista abandona el edificio lo hace cansado pero satisfecho. El personaje masculino de su historia comparte ahora el protagonismo con una lagartija lesbiana, una piedra negra, un cactus gitano, granos de arena musulmanes, unos pantalones budistas y una nube trans.

En sus ojos brillaba la ilusión y la esperanza.
Iba a convertir el mundo en un lugar mejor.

Telón.

Sergio Bleda (4-oct-2019)

La inspiración en este LINK

miércoles, julio 03, 2019

Lo que me ha traído hasta aquí.


 A veces tengo la necesidad de expresar lo que siento. De reflexionar sobre lo que me ha traído hasta donde estoy y compartirlo.

Siempre he querido ser dibujante de cómics. Siempre. Desde muy pequeño.

Poco a poco, con mucho esfuerzo, bastante ayuda y algo de suerte he conseguido vivir mi sueño.
La vida es como un río que te lleva donde quiere. Al nacer te meten en una barca y vas cambiando de afluente creyendo que tú decides el rumbo. Pero no siempre es así. Siempre acabas volviendo al río principal aunque no quieras. Y entonces te toca decidir otra vez. A veces toca remar contra corriente y a veces basta con dejarse llevar en la dirección del viento.

Primero me tocó darme cuenta de que había nacido en un país donde no había industria. Donde había algunos lectores pero demasiadas publicaciones. Un pastel muy pequeño para repartir entre muchos.

Luego me tocó decidir qué afluente coger. Trabajar para el extranjero parecía la única opción para vivir de los cómics. ¿Europa, Japón o Estados Unidos? Nunca fui de superhéroes, lo intenté con Japón pero no hubo manera.
Tendría que ser Europa.
SAF ayudó a que mis viñetas salieran de España. Posteriormente Soleil, Casterman y Tabou me ayudaron a centrarme en el mercado francés.

Pasan los años. Sigues navegando.
Y de repente el río se seca. No fluye. No vas hacia delante ni hacia atrás.

A no ser que les haya pasado también, no se hacen a la idea de lo frustrante que es pasar meses trabajando en un proyecto que luego no quiere nadie.

Entre las diferentes excusas que distintos editores me han dado para no publicar los últimos proyectos que presenté (a varias editoriales) se encuentran los más insultantes y humillantes que jamás he oído sobre mi trabajo.

Las mejores páginas de mi vida rechazadas una y otra vez.



Un editor me dijo que hacía “demasiadas rayitas”… Otro que dibujaba como un dibujante de los años setenta.
"Demasiadas rayitas."
¿Se acuerdan de los dibujantes de los años setenta? Había que tener conocimientos de anatomía, perspectiva y narrativa para dedicarse a esta profesión. Qué época tan extraña.
Otra me dijo que la cara de la protagonista era “grimaçante”, sea lo que sea lo que significa eso. Y que la cambiara.
"Grimaçante"
"Grimaçante"
Quizá estoy equivocado, pero siempre he pensado que a un editor no le corresponde decidir sobre el aspecto de los personajes. Esa es una decisión del autor. El editor debería ocuparse, pienso yo, de promocionar la obra, de que se edite bien y de que se distribuya bien. Será que soy muy rarito. Las decisiones artísticas deberían ser del artista. Si no te gusta mi obra no me la edites, pero no me pidas que le cambie la cara a un personaje porque no te gusta su aspecto. Para llegar a esa cara yo ya he descartado muchas opciones. Ya he realizado boceto tras boceto para acabar decidiendo que ese es el aspecto que debe tener.
Haz tu maldito trabajo. No me digas como hacer el mío.
Ni me hagas perder el tiempo. Se que si lo hubiera cambiado tampoco te habría gustado. Habría trabajado en balde. Para ti es gratis que yo haga un cambio tras otro. Para mi no. Tengo dos hijos que atender, tengo historias que contar.
"Pareces un dibujante de los años 70"

Se le atribuye a Einstein la frase: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”
También se le atribuye a Mark Twain y a Benjamin Franklin. Una posible fuente es la escritora Rita Mae Brown, en su novela Sudden Death [Muerte súbita] de 1983, pero puede que ya existiese antes.
No importa quien lo dijera. Parece algo muy sensato.

Cada vez que iba a Francia encontraba lectores que me felicitan por mi trabajo.
Sin embargo dejé de encontrar editores a los que les interesara publicarlo.

Quizá era hora de olvidarse de los editores y dirigirse directamente a los lectores.

Decidí dejar de darme golpes contra la misma pared una y otra vez.
Era hora de intentar algo diferente. De coger el remo y tomar otro afluente.

Y ver dónde me llevaba…

Y aquí estoy. Faltan 6 días para que finalice la campaña de crowdfunding de “El baile del vampiro: REDES”.
 He conseguido el 98% de la financiación. Lo que hace un total de 8.368€.
Sólo me falta convencer a unos pocos lectores más de que me apoyen para conseguir los 8500€ necesarios para llevar a cabo el proyecto.
Lápiz de cubierta de "El Baile del vampiro: REDES"

Si lo consigo, y estoy seguro de que lo voy a conseguir, los lectores que valoran mi obra tendrán un cómic muevo creado para ellos sin la intromisión de ningún editor. Sin filtros. Sin nadie que me quite rayitas, me diga a qué dibujante de qué época debo o no parecerme o si las caras de mis personajes son o no “grimaçantes”, sea lo que sea lo que significa eso.
Y yo seguiré viviendo mi sueño.

Además, este afluente abrirá para mi otro río lleno de posibilidades. De proyectos, con o sin vampiros, de historias que creo que merecen la pena ser contadas. En blanco y negro, a color, actuales, históricas, de aventuras, intimistas… quién sabe hasta dónde podremos llegar juntos. Hasta dónde nos llevará la corriente.

¿Me acompañas?





Puedes empezar por aquí: http://vkm.is/bailedelvampiro








lunes, junio 24, 2019

A 15 días de la finalización de la campaña de "El Baile del vampiro:REDES"



Con tanta red social, tanto blog vampírico y tanta entrevista no he tenido tiempo de hablar por aquí de mi campaña de Verkami para la conticnuación/precuela de "El baile del Vampiro"

La campaña comenzó el 30 de mayo y en seguida empezó a crecer.

"El Baile del vampiro: REDES" es el título del nuevo volumen de la saga vampírica de Sergio Bleda.
El volumen de 62 páginas incluirá dos historias. Una precuela titulada "La primera vez" que narra el primer encuentro entre Jacob e Inés, en la Barcelona de los años 90, y que hará las veces de complemento de "El baile del vampiro: REDES" la historia principal del tomo que estará ambientada en la ciudad de Valencia en la actualidad. Ambas historias pertenecen al mi universo vampírico, pero son autoconclusivas y pueden leerse de manera independiente.

La creación, edición y distribución de esta obra será financiada enteramente por crowdfunding.

Puedes apoyar la creación de esta obra y a su autor adquiriendo una de las recompensas o difundiendo el siguiente link: http://vkm.is/bailedelvampiro

Quedan 15 días de campaña y llevamos ya recaudado el 85%.
Ya casi está pero necesitamos un empujoncito para hacer de este proyecto una realidad.

¿Qué esperas?




Entrevista en Chopper Monster con Fernando Girón



La pasada semana tuve el placer de volver a encontrarme con Fernando Girón en Madrid.
Estuvimos presentando dos exposiciones efímeras que incluían tanto los dibujos que he realizado para ilustrar su libro como los que realicé durante la grabación en directo de sus canciones.
La primera cita fue en el Chopper Monster de Madrid y la segunda en Nanai, donde quedarán expuestos unos días.

Aquí traigo el podcast que Iván, de Chopper Monster tuvo a bien dedicarnos y que grabamos allí mismo acompañados de Olejandro Ollero al contrabajo, Rodrigo Mercado a la voz, Belén Alonso guitarra/voz y, por supuesto, el maestro virtuoso Fernando Girón dando vida a las 6 cuerdas.

Otro momento maravilloso e irrepetible que me ha dado la vida.

Belén Alonso.

Olejandro Ollero.

Fernando Girón.

Rodrigo Mercado.


miércoles, abril 24, 2019

Presentación en Valencia de "Fundamentos instintivos de una tarde de invierno"





El próximo sábado a las 18:30 presentamos en Generación X Valencia (C/ Vila de Muro, 5) el libro del músico y compositor Fernando Girón "Fundamentos instintivos de una tarde de invierno" que tuve el placer de ilustrar, así como el disco que lo complementa "The Übermessenger"
Este es uno de los proyectos más especiales en el que me he involucrado y cada día que pasa doy gracias a Artemisa por venir a buscarme a mi casa, hace ya un par de años, para hacerme partícipe de esta maravillosa obra que tantas alegrías y experiencias inolvidables me ha proporcionado.

En la presentación, además de Fer y yo, estará también el cantante David Celorrio que interpretará, con Fernando a la guitarra, algunos temas del disco.

Esta será la tercera o cuarta presentación a la que asisto y os aseguro que es toda una experiencia. La voz de David junto al sonido que Fer consigue sacar a sus seis cuerdas son algo maravilloso. Si puedes asistir hazlo porque no te arrepentirás.

Os dejo con algunas ilustraciones de la obra, alguna de mis dedicatorias (que haré encantado quienes se lleven el libro), algunas imágenes de otras presentaciones y el último video de Fernando Girón en el que tengo una aparición especial interpretando a La Parca que, como sabemos, dibuja nuestro futuro.

Ilustración para la canción "Too Much Time"
Ilustración para la canción "Red bay"
Durante el rodaje del videoclip
de "Too Much Time"
Fernando Girón en una de sus presentaciones.
Cuervo. Una de las dedicatorias.
Mujer. Otra dedicatoria.





miércoles, enero 09, 2019

Algunas cosas que me vienen a la cabeza sobre Rojas de la Cámara.


Rojas y su bigote. Foto realizada en 2006 por
encargo de Toni Guiral para la segunda parte
del libro "Cuando los cómics se llamaban tebeos"


Hoy me va a costar mucho levantar el pincel.

Ayer el mundo perdió un gran dibujante. Yo he perdido, además, un amigo.
A Rojas se le recordará como el creador de Hanibal, Don Percebe y Basilio o 7-7 cero a la izquierda. Se hablará de su personalísimo y dinámico estilo, deudor de Berck, más cercano al del cómic franco-belga que al del resto de autores que, como él, trabajaron para las editoriales Bruguera y Valenciana.

Pero son otras cosas las que me vienen a la cabeza cuando pienso en él. Cosas que seguramente no aparecerán en su biografía.

Arturo era un gran conversador. Con un sentido del humor inteligente y socarrón del que hacía gala continuamente.
Era un caballero de los de antes, de los que cedían el paso a las damas y de los que las piropeaban por la calle. En más de una ocasión tuve que agitar mi mano delante de su cara y decirle “¡Eh, que estoy aquí!” porque su mirada se había perdido tras los andares de alguna jovencita dejando una frase a medio terminar.

Rojas fumaba unos cigarrillos que él mismo liaba a mano y que eran tan finos como un bastoncillo de los oídos. Y mientras hablaba lo sujetaba entre los dedos índice y pulgar y sus aspavientos hacían que el humo se agitara a su alrededor.
A Rojas le gustaban mucho las mujeres. Se separó de la que fue su mujer durante años a una edad muy avanzada. Aunque nunca se separaron del todo ya que siguieron siendo vecinos. Eso no le impedía acudir a salas de baile para buscarse sus líos de faldas. De hecho dejó de venir a la tertulia de los jueves porque afirmaba que si faltaba un solo día le robarían la novia.
En la exposición de tebeo valenciano
de San Miguel de los Reyes. Año 2007.
Era un hombre muy vital. Recuerdo haber tenido una conversación con él sobre la viagra que no contaré aquí. Me reí mucho.

Siempre se refería a si mismo y a los compañeros de profesión de su generación como los “dinosaurios”. Y no le faltaba razón. Por que eran grandes, majestuosos y una vez dominaron la tierra. En una época muy muy lejana.
Se dejó un bigotillo de facha, de esos que son como un hilo de pelo sobre el labio, que le daba un aspecto serio, pero quienes le conocíamos sabíamos que de serio nada, que el tío seguía siendo un cachondo.
Fue empleado de banca toda su vida y cuando acababa su jornada laboral se iba a su casa a hacer cómics. Debido a lo prolífico que era nadie habría imaginado que tenía dos trabajos. Era incansable.
Jamás se consideró a si mismo un artista. Aunque lo era.

Nunca dejó de dibujar, aunque una estúpida ley que obliga a los jubilados a elegir entre seguir cobrando su pensión o cobrar derechos de autor derivados de su obra hizo que apenas se publicara nada de lo que hizo.
Tenía una serie de chistes sobre buitres que iba ilustrando a ratos perdidos y que nos enseñaba a quienes teníamos el placer de compartir con él la tarde de los jueves. Los guiones eran bastante malos aunque su falta de corrección política nos hacía reír. Se atrevía a reírse de la muerte y a ser algo guarro. Algo que en las mojigatas Bruguera o Valenciana jamás le habrían permitido.
Probablemente de haber nacido en otro país que valorase más el noveno arte habría recibido mayor reconocimiento y no habría tenido que compaginar el trabajo del banco con el de historietista. Aun así se las apañó para ser de los mejores. Quizá porque no era autocomplaciente.
Hacía muchos años que no leía cómics. Una vez le presté un ejemplar de Liberty Meadows pero no le hizo gracia.
Estaba bastante desconectado. Las novedades editoriales le traían sin cuidado. Aun así siempre me dijo que mi trabajo era muy bueno. "Joder, macho ¡qué tías dibujas" me decía.
Escribió varias novelas de ciencia-ficción.

Era mi amigo.

Si me viera ahora mismo, llorando mientras escribo estas líneas, me daría un golpe en el hombro y me diría algo así como “¡no te quejes, que peor estoy yo!” Y se liaría uno de sus cigarrillos.

En una ocasión cogió una de mis libretas de bocetos y dibujó el cuerpo de un personaje femenino cuya cabeza había  dibujado y entintado yo previamente. Lo hizo directamente a Boli. No quedó muy contento con el resultado y comenzó a llenar la página con unos pequeños caracoles más de su estilo. Uno de ellos tenía una tremenda erección. Guardo esa libreta como uno de mis mayores tesoros.

En la Copa América.
Decía que no le gustaba meterse en líos de política, y que cuando los autores de valenciana reclamaron sus derechos de autor y sus originales él no había tomado partido por sus compañeros. “El esquirol era yo” decía. Pero después se involucró en la creación de la Asociación de Autores de Cómic de España creada precísamente con la ingenua intención de defender esos derechos.

Con motivo de la Copa América se nos convocó a varios autores en el puerto para hacernos el encargo de un libro de humor gráfico colectivo. Se llamó "Humor a toda vela". La visita incluía un breve viajecito en barco. Pensé que, dada mi propensión a marearme, sería el único que se quedaría en tierra pero cuando todo el mundo subió a bordo me llevé la agradable sorpresa de descubrir que a Rojas también le gustaba la tierra firme. Mientras el resto de compañeros se tambaleaba de un lado a otro Arturo y yo disfrutamos de un agradable ratito de conversación, tabaco y cerveza.

No es algo que le obsesionara, pero a veces se lamentaba de que a él y a los autores de su generación se les ninguneaba continuamente. Que no se contaba con ellos lo suficiente y que no se les prestaba la atención que merecían. Y tenía razón.
Ahora que ya no está habrá quien se apunte a hacerle los homenajes que debieron hacerle en su momento. Alguna subvención caerá. Seguro. Quizá sus chistes de buitres eran algo premonitorio.

Puta vida.

Muchas gracias por haber existido, maestro. Estés donde estés.

Me parte el corazón saber que ya no volveré a verte.