martes, enero 30, 2018

Todos cobramos la misma mierda.


Mis amigos y seres queridos insisten en que no debería escribir este artículo.
Pero lo de estarme calladito y quietecito en un rincón no es algo que se me dé especialmente bien. Me viene de familia, supongo.

Así que, desoyendo el consejo de mentes seguramente más centradas que la mía, les voy a contar lo que me ha pasado hoy. Ignoro si será de su interés o no, o lo que pensarán de mí tras leerlo o si dejarán de comprar mis obras por creer que estoy equivocado en mi manera de pensar.
No arriesgo mucho, la verdad. Ya soy bastante pobre, así que supongo que ser un poco más pobre no me hará mucho daño. Me las arreglaré. Supongo. Espero.

Todo empieza cuando leo un titular que afirma que un partido político, Unidos Podemos, (tan capitalista y militarista, tan aficionado a poner medallitas a imágenes religiosas, como pueda serlo cualquier otro más conservador) quiere crear “un plan para dar visibilidad a las autoras de cómic y terminar con su precariedad laboral”. Y no puedo hacer otra cosa que sentirme sorprendido.

Llevo en esta industria más de veinte años y jamás de los jamases escuché que una autora recibiera un solo céntimo menos que un compañero autor por hacer el mismo trabajo que ella.
Nunca jamás escuché de una persona aficionada a los cómics que dejara el tebeo que acaba de coger de la estantería de su tienda favorita, tras descubrir que la autora era una mujer.
Y, por supuesto, nunca escuché de un editor que dejara de publicar un buen proyecto editorial presentado por una chica, para editar el de un chico, de igual calidad artística.

Interesado por el titular pincho en el link y lo que encuentro es una de las cosas que más ofenden mi inteligencia. Desinformación, posverdad, información sesgada o, si lo prefieren, simples mentiras.

En otras cosas me podrán engañar, claro. Hace poco, desde la alcaldía de Madrid (un consistorio al que podríamos definir como no demasiado aficionado a las representaciones de títeres de cachiporra que ellos mismos contratan) anunció que destinaría 52.337 euros a un estudio sobre el "impacto de género" en el soterramiento de la M-30. Más allá del hecho de que una portavoz de esta empresa reconoce que puede que "no se detecte ninguno" confieso que es algo que se me escapa. Ignoro qué impacto de género puede tener el soterramiento de una carretera. El de soterramiento de carreteras no es un tema sobre el que entienda demasiado.

Pero si hablamos de tebeos, de la industria (por llamarlo de alguna forma) de la historieta en nuestro país y de las penosas condiciones económicas y contractuales de quienes nos dedicamos a ella, ¡ay, amigo!, ahí sí que tengo información de primera mano.

La primera mentira que me llama la atención está ya en el engañoso y torticero titular. Y es el que se refiere a la precariedad laboral de las autoras de cómic.
Es cierto que las condiciones laborales de las autoras de cómic, en general, son precarias. Pero es absolutamente falso que, como parece indicar el titular, sólo les afecte a ellas. Los autores tenemos exactamente la misma precariedad. Ni un poquito más ni un poquito menos. La misma. Y esto es así por la manera de percibir ingresos que tenemos todas las personas que nos dedicamos a esta hermosa profesión.

A ustedes, que quizá no saben cómo funciona esto, les podrán engañar. Pero a mí no. Como les decía llevo mucho tiempo dedicándome a este negocio.

Ya hemos hablado largo y tendido de este tema en anteriores entradas como esta pero se lo volveré a resumir.

Cuando un tebeo sale a la venta la manera de repartirse los beneficios suele ser, a grosso modo, la siguiente: 10% para el/los autores, 40% para la editorial, 50% para distribuidor y librero.

E, insisto, nunca escuché de un editor que le dijera a una autora que le iba a pagar un 9% de adelanto por ser mujer mientras que al resto de autores les pagaría el 10% habitual por ser hombres.
Lógicamente no conozco los detalles de todos y cada uno de los contratos que se han firmado en la historia de España. Pero creo conocer este mundillo lo suficiente y a suficientes autoras como para saber que si a una sola de ellas le hubiera pasado me habría enterado.

Otro de los datos que me llaman la atención es el que aporta el artículo y que afirma que de las 2.867 obras que la industria española del cómic publicó en 2016, sólo 86 novedades estaban firmadas por mujeres (un 3 por ciento del total) lo que, a su juicio, evidencia "el importante sesgo de género que domina el sector".

Mi madre, periodista de raza, que no de las de Máster universitario, solía repetir con ironía un dicho de la vieja guardia que rezaba: “nunca dejes que la realidad te estropee un buen titular”.

Es verdad que el porcentaje de obras firmadas por mujeres es inferior que el que firmamos hombres. Esto es debido a una situación, que poco a poco va cambiando, y es el hecho de que hasta ahora esto ha sido un campo de nabos. Antes había pocas autoras, ahora hay más. Muchas más, pero sigue habiendo más hombres que mujeres en esta profesión. Porque los que comenzaron a dedicarse a esto hace unos años han tenido el mal gusto de no morirse.
Pero lo que más me rechina de la afirmación (dando por hecho que sea cierta, y no tengo motivo para negar que lo es) es que se base en los cómics publicados en España, pero no en los cómics producidos en España.
Ya sabrán, imagino, que en España la mayoría de cómics que se publican no se producen aquí. Ni siquiera muchos de los que firmamos autores españoles han sido realizados para editoriales españolas. Y eso sí es una triste realidad que hay que tratar de combatir. Ignoro si la solución sería prohibir la importación de cómics, imponer una cuota de producción nacional a los editores o qué se yo… en cualquier caso no estamos aquí para hablar de eso.

Mi pregunta es, ¿por qué no se habla del porcentaje de autoras contratadas por editores españoles durante el último año en vez de poner el foco en el total de obras publicadas?
Me encantaría tener esos datos. Quizá algún malpensado pueda llegar a la conclusión de que tal vez el porcentaje sería menor y, entonces, el llamamiento perdería un poquito de efectividad.

Porque, claro, ya en la primera frase del artículo se nos dice que el objeto de todo esto es la intención de “crear un plan específico para dar visibilidad a las mujeres ilustradoras, autoras de cómic, tebeo o novela gráfica (sic), con su correspondiente dotación económica
Quizá sea eso lo que haga que los malpensados opinen que al final todo esto va a ser para que alguna asociación pesque una buena subvención de dinero público. Estaría bien que alguien nos ilustrara sobre ese tema para que estos malpensados salieran de dudas.

Sin salir de la frase, hablemos del tema de la visibilidad.
¿De verdad intenta alguien convencerme de que las autoras de cómic tienen menos visibilidad que los hombres por ser mujeres?
Claro, igual si hay menos novedades editoriales firmadas por autoras que por autores es lógico que existan menos reseñas de las primeras que de los segundos. Y que en las estanterías de las librerías haya más material realizado por varones que por hembras.
Pero así a bote pronto, cuando uno hace memoria de la cantidad de exposiciones sólo de mujeres (incluida una en la que se discriminaba a las mujeres heterosexuales pues sólo permitía exhibir obra de mujeres que se definieran como lesbianas), las entrevistas en televisión o radio que se han podido ver y escuchar el pasado año, cuesta mucho creerse esa afirmación.
Ahora bien, presénteme los datos, y si veo que estoy equivocado en mi percepción seré el primero en reconocerlo.

Es lógica, claro, la poca presencia de mujeres autoras que “levantó polémica” en la entrega de los premios del Saló de Barcelona. “Entre los ganadores de los premios no figura ni una mujer, y entre los 33 nombres nominados en las diferentes categorías figuraban sólo dos mujeres.”
Al haber menos autoras que autores, y menos obras publicadas de las primeras que de los segundos es normal que esto pase ¿no?

El artículo afirma que “los expertos señalan que esta falta de autoras se debe al bajo consumo de cómics por parte de las mujeres”.
Me gustaría saber a qué expertos se refieren, porque no aclaran ni quiénes son ni de dónde sacan esos datos.

Y la cosa sigue así: "Es importante por tanto que se creen referentes para las lectoras y futuras autoras y para ello es fundamental que los catálogos editoriales incluyan al menos un 50 por ciento de autoras e ilustradoras", ha apuntado la autora Carla Berrocal.

Y ya volvemos a lo de siempre. A decirle a los editores que cambien sus criterios editoriales basados en la calidad o rentabilidad del producto que editan por otros basados en el género de quienes los realizan y, de paso, para decirle a las autoras cómo deben hacer su trabajo y qué tipo de personajes deben representar.

“Desde la formación morada –continúa el artículo-  recuerdan que, según la Ley de Igualdad, son las autoridades públicas, en el ámbito de sus competencias, quienes deben velar por hacer efectivo el principio de igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en todo lo concerniente a la creación y producción artística e intelectual y a la difusión de la misma.”
Insinuando que las autoras no disfrutan del mismo principio de igualdad de trato o de oportunidades laborales que los autores.
Miren, yo no sé si lo que pasa es que las mujeres son más inteligentes que los hombres y en vez de romperse la mano y quemarse los ojos haciendo tebeos por cuatro duros se deciden por una profesión menos azarosa y por eso hay menos autoras que autores, pero lo que les aseguro es que aquí, salvo excepciones, todos venimos cobrando la misma mierda.

No me mientan y me digan que "es urgente implementar medidas en este sentido" para "atacar el precariado estructural que afecta a las profesionales del sector".
Si somos capaces de crear obras juntos...
¿por qué no lo somos de luchar juntos
por nuestros derechos?
Es urgente, sí, acabar con la precariedad de las y de los profesionales. Porque todos estamos en el mismo barco.

Sería maravilloso que autores y autoras pudiéramos luchar juntos por tratar de mejorar nuestras condiciones laborales, pero supongo que, si divides tu propia lucha en dos bandos muy definidos y te arrimas al bando que mejor visto está por nuestros políticos, tienes más posibilidades de que, en caso de que estos arrojen unas monedas por la ventanilla del avión, caigan en tu regazo.


Por favor, no llamen machista a la industria de los cómics porque puedo sentirme orgulloso de afirmar que no lo es. Eso duele.
No sugieran una discriminación donde no existe porque hay muchas discriminaciones de género reales que solucionar.
Y no insistan en una brecha salarial donde no hay salarios.
Aquí lo único que hay son porcentajes de derechos de autor. Y estos son los mismos para todos. Hombres y mujeres.

Aquí lo que marca el dinero que percibimos son los ejemplares que nuestra firma sea capaz de vender. No si hacemos pipí de pie o sentados.

Sergio Bleda
Autor. Ilustrador. Hombre desechable.


El artículo en este LINK

ACTUALIZACIÓN 01-03-2018: Según Jose A. Serrano de La Guia del Cómic en 2016 la autoría femenina del total de los cómics publicados en España era del 13%. Bastante alejado del 3% que aporta el artículo de la web de RTVE.
Puede verse un excel en este LINK

Y de propina: "El movimiento feminista moderno está infantilizando a la mujer". Por Liadh Crowley. Un interesante artículo sobre medidas que exigen la igualdad de resultados y no la igualdad de oportunidades. En este LINK

Y ya puestos: La escritora Sabina Urraca pidiendo (¡por fin!) que la inviten a eventos a hablar de su obra. No de lo que tiene entre las piernas. En este LINK