A unas horitas del fin del 2018 me detengo un momento para, como de costumbre, hacer un balance del año.
La verdad es que el 18 empezó de manera bastante accidentada. Una sobrecarga de trabajo a finales del 17 me tuvo casi dos meses sin poder coger un lápiz, con terribles dolores que, afortunadamente, con reposo y algo de fisioterapia fueron remitiendo.
Varias pruebas después y varios meses más tarde una resonancia reveló que los huesos de mi muñeca, que deberían estar separados, han estado siempre juntos. Esto se conoce como una coalición ósea y, seguramente, de no haber elegido la de dibujante como mi profesión, jamás habría notado molestia alguna.
Se trata de algo congénito y que parece que tiene difícil arreglo. Por fortuna esto no me impide trabajar, siempre que no me de demasiadas palizas, me tome mis descansos y no acepte más encargos de los que pueda realizar siguiendo un ritmo de trabajo razonable. Digamos que me he convertido en un vago por prescripción facultativa. Habrá que asumirlo.
El resto del año ha habido de todo. Subidas y bajadas, amores que se van y amores que llegan y, profesionalmente muchos proyectos apasionantes que espero poder desarrollar durante el año que viene. La mayoría sobre el papel pero algunos, también, audiovisuales. Crucemos los dedos.
Aunque, de verdad, lo que ha marcado el año 2018 para mi es que desde el mes de octubre soy papá a tiempo completo durante dos semanas al mes. Mi ex pareja cumplió lo pactado hace cuatro años y mis dos hijos conviven conmigo en régimen de custodia compartida una semana de cada dos. Esto ha hecho que tenga que adaptarme a sus horarios, disponga de menos tiempo para trabajar y que siempre llegue tarde a todas partes, pero también que sea mucho más feliz y se me permita compartir la responsabilidad de la crianza de mis hijos, algo que siempre he querido hacer desde que nos separamos.
De modo que, en definitiva, mi vida sigue más o menos como siempre. Gano poco dinero pero me dedico a lo que me apasiona y, sobre todo, no me falta amor. Me dirán ustedes que esto último es un tópico pero ¿qué quieren que les diga? es algo que valoro enormemente.
En fin. Les dejo con mi felicitación de año nuevo y les deseo lo mejor.
El año que viene más.
Besos, abrazos y caricias lascivas para todo el mundo.