miércoles, marzo 15, 2023

Día del cómic

 


Mañana 17 de marzo se celebrará el día del cómic en España.

Mirando en mi bola de cristal, veo con bastante claridad lo que va a suceder:

Algún político saldrá pletórico por televisión alabando nuestra pujante industria llena de talentos locales. Estamos en año de elecciones, así que cualquier medalla se queda pequeña. Hay que acumular méritos.

Algún autor (o autora, por aquello de la paridad) que seguramente trabaja para editoriales extranjeras y que acumula éxitos y premios y al (o a la) que le va estupendamente, a diferencia del resto de sus compañeros/as que viven en precario, hablará con nostalgia de los tebeos de su infancia. Hay que escenificar la pasión.

Algún gestor de alguna organización que presuntamente lucha por nosotros los autores (que somos, parece, incapaces de luchar por ellos nosotros mismos) nos dirá lo agradecidos que tenemos que estarles, porque sin ellos este día no existiría. Hay que demostrar quien defiende nuestros intereses.

En definitiva, parece, que se hablará de todo, menos de lo que importa. ¡Que nadie nos arruine la fiesta!

Yo, por mi parte, me preguntó qué narices hay que celebrar. Las tiradas son cada vez más pequeñas, lo que hace que los derechos de autor que cobramos quienes creamos los cómics no lleguemos a ganar lo suficiente para pagar la cuota de autónomos. Los editores españoles siguen comprando fuera de España el 90% de lo que producen. Y el porcentaje que de la venta de cada cómic se lleva el autor sigue siendo un insuficiente 10%




Alguien sacará algún beneficio de esto, supongo. Yo por mi parte he creado estas imágenes para rularlas por mis redes sociales. Sé que van a pasar desapercibidas entre tanto jolgorio, y que a nadie le gustan los aguafiestas, pero con casi 50 años que tengo ya empiezo a estar harto de poner la sonrisita miestras agonizo.

¡Que sigan las celebraciones! ¡Que vivan los funkos, el "manga" y las pelis de Marvel! Yo todavía tengo mucho que reivindicar y #nadaquecelebrar






miércoles, marzo 08, 2023

Los cómics empiezan aquí.


Primero, el pasado año, la Sectorial del cómic presentó un catálogo de empresas españolas dedicadas a editar cómics en España cuya finalidad era promover la venta de derechos en el que se dejaba fuera todos aquellos autores que nos autoeditamos nuestras obras y no trabajábamos con distribuidora. (Hablamos de ello aquí )

Ahora, Ficomic, la gestora que se encarga de eventos como el Saló del cómic de Barcelona presenta un espacio de "networking, pensamiento, acción y oportunidades" que estará presente en el próximo Saló (del 30 de marzo al 2 de abril) en el que también se nos deja fuera a aquellos autores que además gestionamos nuestras creaciones.

He leído que desde Ficomic excusan este ninguneo alegando que para eso ya están las revisiones de porfolios. 

Bueno, tal vez a quienes no saben de qué va la cosa por no pertenecer al mundillo quizá puedan engatusarlos con esta excusa, pero a quienes llevamos años en la industria editorial, no. 

Sabemos, y en Ficomic también lo saben, que no es lo mismo ponerte en una cola para mostrarle a un editor tus páginas con la esperanza de que te contrate que gestionar la venta de derechos de una obra ya publicada (aunque sea publicada por tí mismo). Es como comparar a una persona que lleva semillas de tomates en busca de un huerto en el que hacerlas germinar con otra que lo que lleva es un camión de tomates en busca de un mercado en el que venderlos.

Y no. No es lo mismo.

De verdad que no lo entiendo ¿a qué viene ese desprecio hacia la autoedición? ¿no se dan cuenta de que despreciando este vehículo de difusión para los autores están despreciando a estos últimos? ¿de dónde se creen que salen los cómics? ¿quién se figuran que los crea de la nada? ¿las IA?

Yo he trabajado muchos años con editores, y generalmente el trato siempre ha sido bueno. Comencé en La Cúpula, de ahí pasé a Planeta y de ahí a publicar en el extranjero. También he trabajado con Dibbuks, Aleta, Norma, Grafito y muchas más. Y debo decir que el balance casi siempre ha sido positivo. Hay excepciones (que prefiero no mencionar), claro, pero en general me he sentido a gusto trabajando con ellos.

El problema llega cuando el pastel se hace cada vez más pequeño, las tiradas se reducen, los lectores también, y entonces opto por la autoedición por una cuestión de pura supervivencia. ¡Claro que para mí sería más cómodo no hacer campañas de crowdfunding, no dar la brasa en redes sociales, no hablar con imprentas ni meter cómcs en sobres para enviarlos a mis (maravillosos) mecenas! Pero el mercado ha cambiado en los últimos años y con lo que te paga un editor español, muy a su pesar (porque a ellos también les encantaría que las tiradas fueran más altas) no da para vivir. ¡Esto es así, lo siento! ¡es lo que hay!. Así que en vez de llorar y patalear, o de buscarme otro trabajo, lo que hice fue arremangarme y ponerme a currar. Y ahora no sólo escribo y dibujo, como hacía antes. Ahora escribo, dibujo, hago crowdfunding, me autoedito, hablo con imprentas y envío mis obras impresas a mis (maravillosos) lectores.

La historia está llena de títulos que fueron creados como autoediciones y que posteriormente se convirtieron en éxitos, incluso un título tan conocido como "Cuento de navidad" comenzó siendo una obra autoeditada por Dickens.

"Nosotros somos los muertos" de Max y Pere Joan fue inicialmente distribuido en forma de fotocopias en 1993, precisamente en el Saló del Cómic de Barcelona. "Freaks in love" de Sergio Córdoba  comenzó siendo una autoedición. Y podría seguir dando ejemplos.

Ficomic premia al mejor fanzine cada año ¿y luego no va a permitir que los autores de dicha obra traten de venderla a un editor extranjero en su espacio de "networking, pensamiento, acción y oportunidades"?

Señores de La Sectorial, señores de Ficomic, no les necesito para vender los derechos de mis obras al extranjero, porque soy capaz de escribir un e-mail y contratar a un traductor para que me lo traduzca, soy capaz de hacer un dossier y buscar direcciones de editoriales a las que enviarlo en google. Pero tampoco me gusta un pelo que me desprecien, que me ninguneen o que me pongan palos en las ruedas. Ni a mi ni al resto de mis compañeros.

Les pido respeto. Los cómics no empiezan en la distribuidora, aunque a veces pasen por ahí, ni en la editorial, aunque a veces se gestionen desde ese tipo de empresas. No. Los cómics empiezan en el tablero de dibujo, o en la wacom, y somos los autores y autoras quienes los creamos de la nada. Si luego decidimos que sea una editorial o nosotros mismos quienes gestionen la venta de esa creación no le resta valor en absoluto. No sean tan clasistas.


Les dejo aquí abajo una foto de mi tablero de dibujo, en el que cada día me siento a trabajar desde hace más de treinta años, por si no saben o no se acuerdan ustedes donde empieza todo.