miércoles, febrero 15, 2017

Un recuerdo de mi infancia.

Para mi profesora de EGB cualquier libro era más adecuado
para hacer un trabajo de clase que este cómic.

Cuando era niño, estando en el primer ciclo de lo que llamábamos la EGB, estábamos obligados a escoger un título de la biblioteca del colegio y escribir un trabajo sobre el mismo. Descubrí, con gran alborozo, pues ya era un gran aficionado a los tebeos, que entre los libros que pusieron a nuestra disposición había un cómic. Uno sólo. Yo le pregunté a mi profesora si podía escoger ese y ella me contestó que no. Que podía llevármelo para leerlo si quería, pero que además debía elegir un libro para hacer el trabajo. Por supuesto me llevé las dos cosas.

El cómic, lo he podido deducir años después, era uno de la serie de Michel Tanguy, escrito por Charlier y dibujado por Albert Uderzo.

Si mi profesora hubiera tenido menos prejuicios, hubiera conocido el trabajo de documentación de los autores, la información que aportaban y si, en definitiva, hubiera conocido esa historieta lo suficiente como para valorarla, tal vez habría aceptado mi propuesta de escribir sobre esa obra en concreto en vez de obligarme a hacerlo sobre un libro, probablemente de una calidad mucho menor, cuyo título soy incapaz de recordar hoy.

Alguien me dijo una vez (o quizá lo leí en alguna parte) que los profesores siempre se saltan el capítulo que habla de los cómics en temario de los libros de texto porque es el único tema en el que tienen menos que decir que cualquiera de sus alumnos más pequeños.

Creo que eso es algo que merece la pena cambiar

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