No puedo resistirme a reproducir aquí las bellas palabras que escribió para tal ocasión.
Querido Francisco, muchas gracias.
Fotografía Noelia Paniagua Pons. |
EL CÓMIC TIENE ALGO DE PINTURA
El cómic tiene algo de pintura, de literatura, de cine, a veces llega a ser operístico y ¿cómo no? Tiene algo de poesía. El cómic en su fase creativa, conlleva la intervención de variadas disciplinas, la arquitectura, el diseño de interiores, incluso llegado el caso el urbanismo. La dirección de actores y la consecuente interpretación de esos actores que son los personajes, lo que nos lleva a la mímica y a la coreografía. Sumemos el diseño de vestuario, el diseño gráfico, el de producción, y no olvidemos la documentación y lo que ésta conlleva de estudio del pasado y del presente, y de sus posibles proyecciones hacia el futuro.
No tenemos música en el cómic, lo sé, pero quién puede negar que cada tebeo tiene su propia banda sonora, colocada ahí por quien lo lee.
Todo lo expuesto hasta aquí, sirve para describir el cómic, todo lo expuesto, a veces PUEDE USARSE para hacer arte. Estamos en una galería de arte, esto en si es una declaración de intenciones. Aceptemos el desafío, el Cómic es un arte, dicen que el Noveno (siempre me he preguntado cuál es el Octavo, puesto que, al menos yo, no he oído manifestarse a la Fotografía al respecto)
Doy unos pasos atrás y recojo una frase que he usado hace un momento… TODO LO EXPUESTO, A VECES PUEDE USARSE PARA HACER ARTE. Esta expresión, “PUEDE USARSE”, conlleva la posibilidad y ésta, a su vez nos lleva a la INTENCIÓN y al DESEO. Nos lleva al autor enfrentado a la creación de su obra, de una línea, de una viñeta, de una secuencia, de un tebeo, de toda una obra, de VEINTE años de obras, puestas una detrás de otra para formar este libro.
Sigamos aceptando el reto formulado, pero no soy tan atrevido como para pretender definir el Arte, de modo que me contentaré con hablar de cosas para las que nos sirve el Arte, de cosas para las que nos sirven los tebeos. ARTE y FUNCIÓN, un dialogo, una discusión que otras disciplinas hace años que acometieron y resolvieron, pero una discusión que todavía parece no haber concluido nuestro joven y centenario Noveno arte.
El arte desde milenios nos ha servido para describir la condición humana, es el medio de significarnos como humanos, como individuos, la manera de decir: ¡Hey, aquí estoy Altamira! Hablar de la condición humana es algo que el cómic ha hecho siempre; incluso en los tiempos de la desconsideración, cuando los tebeos eran para niños, se publicaban en papel malo y los padres los rompían si suspendías matemáticas. Aquellos tiempos heroicos de Bruguera, de Sir Tim, o de Trinca y Haxtur, aquellos tiempos cuando los autores aprendieron que el humor y la aventura eran vehículos tan eficaces para transmitir ideas, como el más sesudo de los ensayos.
Permítanme que pare un momento, ayer cientos de personas fueron masacradas en París, hoy no dejo de oir la frase, dicha en grito de “¡¡estamos en guerra!!”. Un dibujante de comics Joann Sfar, ha venido a decirnos: si debemos estar en guerra es con los que aman a la muerte, sean de donde sean o lo digan como lo digan. Nosotros en París celebramos a la vida y los que aman la muerte tienen la batalla perdida. Leer a Sfar me ha llevado a un comic de cinco páginas donde un Hada sirve para acabar con la guerra de Vietnam. El cómic de género explicándonos perfiles, trozos de la condición humana, el escenario al servicio de la idea. Hoy no dejo de pensar qué pasa por la cabeza de alguien que se carga de explosivos y los hace estallar en medio de una multitud, quizás nunca tuvo la suerte de ver un Hada.
El cómic como conciencia, como medio de expresión, como protesta, pero sin necesidad de abandonar la aventura. La aventura al servicio de la crítica social, asumiendo capas de cultura popular y un cierto ninguneo oficial como suscribiría el ínclito RENARDO POPAS.
Hadas, siempre Hadas,… y Vampiros. El vampiro como exiliado de la sociedad, como el otro, el que no aceptamos, el paria que a través de su mirada que no es otra que la del autor, nos permite ver todo lo que se pudre, no solo nosotros como sociedad sino nuestro planeta, nuestro hogar. Un simple gesto, un trozo de plástico, todo un guión al servicio de una idea simple. La idea que el autor nos asoma detrás de la aventura.
Bandoleros, ilustrados, dioses, guerreros, villanos, héroes y dibujantes de comic, todos usados para describir la condición humana, todos herramientas de la expresión de ideas, las ideas del autor de comics, las ideas del artista.
Hadas y vampiros, … ¿no está Inés a medio camino de ambos mundos? Yo lo veo así y el que piense lo contrario que espere otros 20 años y que sea él quién presente entonces una nueva recopilación, un “Esto Vende 2”, para llevarme la contraria.
Muchas gracias Sergio.
Francisco Ruizge.
1 comentario:
Sergi, yo estuve ahí, toda una interesante presentación! Ya he leido tu libro, que tan amablemente me dedicaste, y me parece genial, me ha gustado mucho, hasta el punto de que me declaro tu fan nº 1.
También sigo a tus hadas en instagram!
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