domingo, enero 03, 2021

Del 2020 al 2021

No recuerdo otro año que la gente tuviera tantas ganas de abandonar como el 2020. 

El día de nochevieja un mendigo que pedía dinero a la puerta del Mercadona repetía una y otra vez "¡Que le den al 2020!" y quienes se acercaban a darle una moneda, o  simplemente en ese momento pasaban por su lado, le daban la razón de manera efusiva. 

Como si el hecho de pasar de un calendario al otro fuera a solucionar todos nuestros problemas. ¿Qué pensarán los seguidores del Islam, que siguen en el año 1441 y cuyo cambio de año no es hasta dentro de unos meses? ¿o los judios, que viven en el año 5780? ¿o los chinos, que cambian de año según los ciclos lunares? ¿y los hindú o los etíopes? ¿qué significará para ellos el paso del 2020 al 2021?

Yo no creo que pasar la hoja del calendario implique necesariamente un cambio sustancial. Como he leído por ahí, "no es el calendario el que tiene que cambiar, es usted"

Pese a todo dividimos las horas en minutos, los minutos en segundos, los años en meses y así podemos  auto-imponernos metas y horarios que cumplir, y fingir que organizando nuestro tiempo tenemos cierto control sobre nuestras vidas. Nos marcamos objetivos aun sabiendo que no por mucho madrugar amanece más temprano, y que todo llega exactamente cuando tiene que llegar. O, sencillamente, no llega.

Es cierto que 2020 ha sido un año terrible, con miles de muertos e infectados por COVID19 (mi propia hija lo pasó, afortunadamente sin síntomas de ningún tipo) y que hemos perdido libertades (que ya veremos si recuperamos). Hemos perdido los abrazos y escondido la sonrisa. Hemos dejado de reunirnos con nuestros seres queridos pero no hemos dejado de consumir. El sueño del capitalismo hecho realidad. Seguimos gastando dinero (el que lo tiene, claro) pero no tenemos prácticamente posibilidad de protestar por nada.

El gobierno, mientras tanto, saca al ejército a la calle cuando le da la gana y miente por televisión. Y se gasta el dinero de las mascarillas de la gente en comprar tanques.  Entre enero y julio de 2020, durante el primer semestre del Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos, las operaciones autorizadas de venta de armas alcanzan un nuevo record y se disparan hasta los 22.544,8 millones, lo que supone un aumento del 650% y una cifra superior a la suma de 2018 y 2019 juntos (21.493 millones). Las corbetas de la empresa española Navantia bloquean el acceso de ayuda humanitaria a los puertos de Yemen para que la población se muera de hambre. El gasto en I+D militar triplica al destinado a la investigación sanitaria en los Presupuestos Generales del Estado de 2021. Según MONCLOA.com, el Ejecutivo ha destinado 31.000 euros para comprar material antidisturbios, especialmente cascos pesados con pantalla para la Guardia Civil, justo los que se emplean para disolver protestas o manifestaciones violentas, como las que sucedieron en Cataluña hace un año.

Ah, y el ministro Garzón dice que las bases militares americanas generan puestos de trabajo. 

Pero, en fin, no quisiera quedarme sólo con lo negativo. 

Prefiero recordar el 2020 como el primer año que un editor me invitó a ir a Angouleme (había estado antes, pero pagándomelo de mi bolsillo). Fue el editor de Tabou y pude estar allí firmando "Il faudra me passer sur le corps" con la magnífica autora Katia Even, quien había escrito el guión de este cómic que tuve el placer de dibujar. Ya preparamos el siguiente.


También fue el año que salieron a la calle "El baile del vampiro: REDES" y "Fetishbrush: The erotic art of Sergio Bleda", títulos que pude financiar con el apoyo de mis lectores gracias al crowdfunding realizado el año anteior.

"Redes" ha supuesto no sólo el regreso de mis personajes más populares a las viñetas, también la creación de mi propia editorial autogestionada en la que, espero, en el futuro publicaré muchos otros títulos, y no sólo de temáica vampírica.

Su tirada, por cierto, está practicamente agotada. Fue presentado en Generación X y en Bangarang (con expo incluída)



Otro crowdfunding, el de "Ruina Montium", también salió adelante este año. Sus páginas están ahora en mi tablero y llegará a las manos de los lectores que lo han hecho posible en unos meses. En mayo si todo sale según lo previsto.

En 2020 salió a la venta mi curso de Doméstika de acuarela para cómic e ilustración. El segundo que realizo para esta maravillosa empresa  que tantas alegrías me ha dado (y me sigue dando)

Y mis originales se siguen vendiendo a través de la web de Corner4Art que Sergio, Mafer y su equipo llevan de manera tan profesional.

También tuve, ya hacia finales de año, una estupenda exposición en La Nau que nació en las Jornadas de cómic de Valencia de la Asovalcom y que estuvo expuesta durante tres meses. En ella mi obra compartía sala con Manuel Benet y con un montón de originales de Bruguera.


También hice varias portadas para Ulthar, la revista de Fantasía y Ciencia Ficción de mi amigo, mi hermano, Alberto López Aroca que ya va por el número 14.

Y seguro que hay más cosas que se me olvidan.

En fin, que no puedo decir que profesionalmente me haya ido mal. Todo lo contrario. En ese sentido ha sido un año bastante bueno. Y eso a pesar de no haber realizado los viajes previstos ni de haber promocionado mis obras en convenciones aplazadas indefinidamente por motivos de salud pública.

Respecto a lo personal, mi Bel sigue mimándome y sus fotografías son cada vez mejores(aquí podéis ver su WEB) Mis hijos tienen salud y, en general, creo que mi familia es bastante feliz. Mis amigos me siguen haciendo sentir una persona muy querida. Mi madre sacó nueva novela (para la que realicé una cubierta) y pudo presentarla aunque fuera con menos aforo del acostumbrado. 

La verdad es que ha sido un año intenso como pocos, de eso no hay duda.

Parece que el nuevo año genera tanto miedo como esperanza. Una mezcla difícil de asumir.

En fin, como decía el padre de Flashman: "Si, ¿eh?.Bueno, ya veremos..."

En cualquier caso feliz 2021 a todo el mundo. Que sea tan bueno para todos como todos esperan.

Les dejo con mis felicitaciones de este año. Este año son tres. Una vampírica, otra guarrilla y hasta una foto de mi Bel, para que tengan donde elegir.




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