martes, octubre 30, 2018

Principote

 “Lo políticamente correcto nació en los años 90 en el seno de la izquierda universitaria con el loable propósito de denunciar las discriminaciones por razón de sexo, edad, nacionalidad o raza, pero hoy por hoy ha degenerado en una visión maniquea de la sociedad y la historia y en la imposición de un lenguaje altisonante en el que unos prejuicios han sustituido a otros.”
Esto decía Montserrat Amores ya en 2002 en la antología “Relatos de humor” editada por Vicens Vives, acompañando al texto de James Finn Garner “Caperucita roja políticamente correcta”
James Finn Garner es un escritor y cómico norteamericano que alcanzó fama mundial con sus parodias de lo políticamente correcto con su libro “Politically Correct Bedtime Stories” editado en España bajo el título “Cuentos Políticamente Correctos”


“Garner propone –continúo citando el texto de Amores- titular “El patito feo” como “El patito que logró verse juzgado por sus méritos personales y no por su apariencia física”, y presenta a Caperucita como una niña madura e independiente que no se deja engañar con facilidad. En definitiva, se encarga de traducir los cuentos de siempre a un lenguaje respetuoso con las minorías, los niños, los ancianos y los animales, con lo que nos ofrece un discurso lleno de ironías que sólo algunos ingenuos lectores americanos han podido interpretar en sentido literal.”

Años después, bien metidos en el 2018, constatamos que muchos no pillarían la broma. Y no sólo en América.

Y es que algunas personas creen que se han puesto las gafas de la inclusión pero me da la impresión de que lo que se han dejado poner es una venda que no les deja ver mas allá de lo que quieren ver.

Hace un par de días Laura Michel me descubre en este hilo de twitter la “versión inclusiva” que algunas de esas personas han hecho con la archiconocida obra de escritor francés Antoine de Saint-Exupéry “El Principito” y que han titulado “La Principesa”.

WTF... Captura del hilo de Laura Michel.

Cuanto más leo, más ojiplático me quedo. Las autoras de la reescritura trataron de sacar adelante un crowdfunding, que no llegó a salir. Pero eso no ha impedido que la obra acabe por estar a la venta en Amazon.

Que la cabra viva en una casa
en vez de en una caja con agujeros.
¡Eso si que es inclusivo!
(Captura del hilo de Laura Michel)
Lo que más me llama la atención de todo esto es la sorprendente declaración de intenciones que por una parte reconoce que es una obra maestra de la literatura pero por otra afirma que es un libro "perpetuador de estereotipos".

Copio y pego el texto incluido en la web de Verkami >La Principesa surgió una tarde de verano en un aeródromo cuando, rememorando las hazañas de Amelia Earhart, viajamos a la época del aviador más famoso de la literatura, Antoine de Saint-Exupéry, y decidimos desempolvar nuestro viejo ejemplar de El Principito.
Declaración de intenciones.
(Captura del hilo de Laura Michel)
Cuál fue nuestra sorpresa al volver a leer, como adultas, un libro que considerábamos que estaba escrito con tanta sensibilidad. De los dieciocho personajes que aparecen solo tres tienen género femenino(en su traducción al castellano): la frágil rosa, siempre a la espera del retorno de su aventurero dueño, la pérfida serpiente, responsable de su desaparición, y una pequeña flor aislada en medio del desierto. Asimismo, todos los oficios que se citan están desempeñados por hombres.
¿Es este el tipo de libros, perpetuadores de estereotipos, que queremos que lean nuestras hijas? Y, por otra parte, ¿queremos realmente renunciar a las grandes obras de la literatura?
Se requieren décadas y perspectiva histórica para coronar una obra maestra de las Letras y esperar diez mil años a que nuestra biblioteca personal o la de nuestras hijas refleje una diversidad que, por otra parte, aún estamos lejos de conseguir, no era para nosotras una opción práctica. Así que decidimos pisar el acelerador del tiempo y adaptar algunas de nuestras obras favoritas para dar solución, entre otros problemas, a la falta de mujeres protagonistas en los libros.
Así fue como nació La Principesa y, con ella, el proyecto Espejos Literarios.<

La solución para que sus hijas (de los hijos no dice nada) puedan disfrutar de las obras maestras, claro, es reescribirlas. No se qué me asombra más si su ignorancia o la arrogancia de creer que su texto está a la altura del original.
Decir que un libro como “El Principito” perpetúa estereotipos porque aparecen demasiados personajes masculinos es tan absurdo como decir que un autor odia a los gatos porque en su libro hay demasiados perros.
De verdad que me fascina el tiempo que tiene la gente para entretenerse contando cuántos personajes aparecen de cada género.

Aquí lo que promete esta revisión. Extraído también de la web de Verkami:

Paridad es 60-40.
(Captura del hilo de Laura Michel)
>¿Qué encontraréis en nuestra adaptación?
a) Una tríada de protagonistas (principesa, aviadora y clavel) que invierte los modelos tradicionales de género en la literatura.
b) Paridad 60%-40% de personajes femeninos y masculinos.
c) Lenguaje inclusivo, sin descuidar la economía del lenguaje.
d) Un trato más amable para los animales que en el libro aparecen. 
e) Algunas referencias “ocultas” a figuras históricas femeninas.
f) Eliminación de algunas referencias directas o indirectas a la raza, país o religión de los personajes para crear una historia más universal.<

La serpiente devorando al
elefante. Algo terriblemente
inasumible para nuestras
pobres hijitas. Mejor un
volcán.
(Captura del hilo de Laura Michel)
Estoy a favor de crear nuevos clásicos. Nuevas obras maestras adaptadas a nuestros tiempos y a nuestras sensibilidades. El autor o la autora que quiera hacerlo, que lo haga. Si el resultado es bueno será bienvenido. Pero retocar textos ya escritos me parece una aberración peor incluso que quemarlos. Los personajes orwelianos de “Farenheit 451” son unas hermanitas de la caridad al lado de esta gente.

Enmendarles la plana a autores que escribieron su obra en épocas pasadas en las que la sensibilidad social era diferente me parece una estupidez. Si tienes algo interesante que decir crea una obra original. Limitarte a añadir o quitar personajes de un texto ajeno porque crees que tu visión del mundo es la única correcta no te convierte en escritor, te convierte en alguien un pelín intolerante o, como poco, en una persona oportunista que aprovecha la fama que se han labrado otros con sus obras para sacar tajada del asunto.
Naturalmente es mucho más sencillo retocar un texto popular ya clásico que crear uno nuevo. Porque  mientras que para lo primero hace falta oficio, perseverancia y talento, para lo segundo basta con tener lápiz y papel.

Pero bueno, a lo mejor es que no tienes nada interesante que decir, sólo ganas de que te paguen por modificar el trabajo de otro y, de paso, sacar a relucir tu carnet de buena persona.
El apócrifo inclusivo se convirtió,
según sus responsables,en el nº1
entre los clásicos juveniles
más vendidos de Amazon.

Como en el mercado capitalista quienes justifican la permanencia o no de los productos son los consumidores, el hecho de que el libro se haya convertido en número uno de ventas en Amazon me hace pensar que este éxito nos traerá más versiones inclusivas no ya de obras literarias (¿”La señora de las Anillas”? ¿”Matar a una ruiseñora” “Doña Quijota”?) sino también de éxitos cinematográficos (¿”Ramba”? ¿la trilogía de ”La Madrina”? ¿”She-Predator”?)


Lo vamos a pasar genial.





Tal y como lo ha contado la prensa: LINK
¡OJO! Esta versión no ha sido la única. Miren este LINK

ACTUALIZACIÓN 4-NOV-2018: Lo han vuelto a hacer. Tal y como predecía no han tenido suficiente con reescribir a Antoine de Saint-Exupéry. También han ido a por Lorca con "La casa de Bernardo Alba". LINK
Juan Soto Ivars lo comenta aquí: LINK

ACTUALIZACIÓN 11-ABR-2019. Una escuela de Barcelona retira 200 cuentos infantiles de su biblioteca al considerarlos "tóxicos". Entre ellos "Caperucita Roja" LINK

ACTUALIZACIÓN 2-MAY-2019. ¡Sorpresa! Robert Crumb tampoco es del agrado de la nueva corrección política. LINK

3 comentarios:

Bac Hylon dijo...

Se puede decir más alto, pero no más claro. Aprovecho para reivindicar que toda esta ola de tontería, digooo, recreatividad (por recrear lo que ya está creado) se pase también al Cine. Una versión inclusiva y paritaria de "Jesús de Narazet", por ejemplo. O, el reto tope máximo, "La Gran Evasión" o "Lawrence de Arabia", películas donde no hay ni un solo papel principal femenino (es que creo que ni salen mujeres de fondo). Ay, por favor...

drmendi dijo...

Comparto coma por coma lo escrito en este artículo. Empiezo a tener miedo, miedo de que lo políticamente correcto empiece a reescribir poco a poco la historia según su visión.

Karonte dijo...

Se ve que el par de taradas esas nunca leyeron a Lewis Carrol, aunque lo mismo hacen una versión en que Alicia conoce a un conejo transgenero, las madalenas de crecimiento son sin gluten, el sombrerero loco es una activista feminazi con el pelo rosa y la oruga no fuma.